La epidemia está en nuestros carros
El constante bombardeo noticioso sobre los fallecimientos producto de la gripe AH1N1 en Venezuela nos obliga a llamar la atención en cuanto a lo que ha ocurrido, en ese sentido, en las últimas semanas; y compararlo drásticamente con el tema de la seguridad vial.
Llega a mi memoria el año 2010, cuando participé en el Segundo Congreso Iberoamericano de Seguridad Vial que se celebró en Buenos Aires Argentina; al llegar a esa hermosa ciudad, me percaté que el tema del AH1N1 estaba en la cima de la opinión pública; de hecho no pasaron muchos minutos cuando comencé a ver personas a mi alrededor con los populares «tapa bocas»; no puedo decirles que eso no me inquietó, de hecho me alerto ante alguna situación de riesgo al respecto.
Tan sólo dos días después escuchaba el registro de la siniestralidad vial, de las últimas dos semanas en Argentina y me di cuenta que los fallecidos por hechos de tránsito superaban a los de AH1N1 en más del 60%, y por lo que estaba pasando en las vías no percibí una presencia mediática similar a la que se estaba dando por el tema de la «influenza», en relación con que en esa ciudad se estuviese celebrando un congreso de seguridad vial de tal magnitud; ni mucho menos una preocupación colectiva de la sociedad de ese país, en relación a los datos de personas fallecidas y lesionadas en las vías en esa República y cómo hacer para prevenirlo de forma urgente.
Hoy me toca hacer la misma comparación pero esta vez en nuestra querida Venezuela; ¿sabe usted que en las carreteras de nuestro país mueren diariamente un aproximado de 21 personas?, ¿que de ellas un muy alto porcentaje son jóvenes menores de 35 años?, ¿ Que aproximadamente 4 de esos fallecidos diarios eran motorizados y unos seis ni siquiera andaban en vehículo, es decir, se trasladaban como peatones?
Esa es nuestra realidad venezolana, más sin embargo, en un poco más de dos semanas con el tema del AH1N1 no se registran la cantidad de fallecidos, que en un solo día por el tránsito en el país. No pretendemos desestimar ningún tipo de muertes; pero es evidente que el tema de la «Influenza» se escucha por todos lados; «hay que prevenir dicen unos», «¿sabes que es lo que hay que hacer?» preguntan otros; «¿cómo es lo de la vacuna?»; » llévate el antibacterial «, entre muchas otras frases que invitan a una cultura preventiva. En las escuelas, en sólo dos semanas, ya se observan carteleras, notas en los cuadernos de los niños y todo un movimiento que en ningún caso es malo, porque invita a la autoprotección, higiene y salud de todos. Cuánto nos hace falta, que ese mismo empeño, dedicación y preocupación se de con la educación vial, para así lograr prevenir la muerte de no menos de 600 niños, que pierden su vida cada año en Venezuela; eso debe preocuparnos y ocuparnos.
Ojalá y podamos «abrir los ojos» ante una realidad mucho más dramática en cifras y que no tiene temporadas, ni vacunas, en ningún centro hospitalario del país. En nuestros vehículos una buena forma de prevenir, es usar el cinturón de seguridad, dispositivo que te protege de morir o tener lesiones graves, por lo menos en un 52%; ese es el «tapa bocas» que salva vidas en las vías. Démosle el debido valor a las números y verifiquemos si lo que estamos haciendo a nivel mediático, de escuelas y de opinión pública tiene equilibrio y marca la importancia de lo que está ocurriendo con ese «Virus» del uso del celular al conducir, el exceso de velocidad y el conducir luego de haber ingerido alcohol que no está matando «silenciosamente»; si me permiten la comparación de esas conductas inseguras en nuestros vehículos, con un «virus», les tengo una mala noticia, creo que casi todos, estamos contagiados y las probabilidades de muerte en nuestro país son muchísimas.
Recordamos una frase escrita en la biblia hace más de 2000 años » El que tenga ojos que vea, y el que tenga oídos que oiga». Me despido invitando a todos quienes deseen sumarse, a esta causa de salvar vidas en las vías a que nos escriban[email protected].
*Darwin Figuera / Ciesvial