Motorizados se llevan buena parte del gasto hospitalario
La atención hospitalaria a lesionados por accidentes en moto representa un gasto millonario para el Estado venezolano. Todos los días llegan a los centros de salud públicos de todo el país entre 90 y 100 accidentados que han chocado o se han caído en una moto, según la Asociación Venezolana para la Prevención de Accidentes y Enfermedades (Avepae) y del Centro de Investigación en Educación y Seguridad Vial (CiesVial).
Esta excesiva demanda hospitalaria mantiene ajetreados a los médicos de los centros de salud adscritos al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, las gobernaciones y al Ministerio de Salud.
“La accidentabilidad comenzó a agravarse desde 2007 y aumentó 34% desde 2012. Noventa por ciento de los que llegan a las emergencias son lesionados en moto. Es la epidemia en dos ruedas. Un verdadero problema de salud pública”, advierte Kenneth Agar, presidente de Avepae.
“Hay tantos lesionados que al piso de traumatología de los hospitales los llaman el piso Bera o Empire”, comenta.
Siete de cada 10 pacientes presenta politraumatismos; es decir, fracturas en varias partes del cuerpo (manos, piernas, cráneo) y quemaduras, por lo que deben permanecer internos al menos un mes para recuperarse. El costo mínimo por 30 días en traumatología es de Bs. 300.000, coinciden traumatólogos y directivos de hospitales como el Clínico Universitario, Los Magallanes de Catia, Lídice y Domingo Luciani.
Pero si las lesiones son de alta complejidad o si el material quirúrgico tarda en llegar -lo cual ocurre en muchos casos- el tiempo de hospitalización se extiende a cuatro o cinco meses, lo que eleva los costos a más de Bs. 900.000 por paciente.
El costo cama-día de los centros de salud se establece sobre la base del personal, servicios médicos, la alimentación del paciente y las medicinas básicas. “Ninguno de los que llegan al Clínico tiene seguro y en promedio se quedan cuatro meses por tener politraumatismos. El hospital debe costear los materiales como clavos, tornillos, placas, que son carísimos”, refiere César González, jefe de traumatología de este centro.
En el hospital Domingo Luciani, por citar otro caso, la atención hospitalaria ronda los Bs. 7.000 diarios, afirma su director, el coronel y cirujano Alexis Parra.
Piezas caras.- Una de las lesiones más frecuentes en las salas de traumatología es la llamada “rodilla flotante”, una combinación de fractura de fémur y tibia: cuando la rodilla queda suelta después de un choque a alta velocidad. Ocurre en 70% de los accidentes en motos.
Esas operaciones requieren de materiales de alto costo como fijadores externos, placas, tornillos y clavos intramedulares. Cada clavo, por ejemplo, está valorado en Bs. 25.000 (ver infografía). Todos los implantes son importados y los provee el Ivss a través de casas comerciales como Ortomare Traumatología, que importan estos productos quirúrgicos de Brasil y Estados Unidos. “Trabajamos con el Ivss desde 2010 y a veces enviamos material para 5 y 10 operaciones diarias”, afirma Reinaldo Zefferini, vocero de la empresa.
Proveedores extranjeros.- Entre las gestiones del Gobierno para garantizar la dotación de estos implantes figura un convenio establecido con China en 2011. La exministra de Salud, Eugenia Sader, aseguró a la prensa cuando se anunció este acuerdo, que la meta era abaratar los costos de importación, pues los materiales serían adquiridos directamente a los fabricantes.
Pero Adelimar De Freites, jefa de residentes de Traumatología del Domingo Luciani, asegura no haber visto todavía el primer material procedente de este convenio. “En los tres años que tengo aquí, el único proveedor que conozco es Ortomare, que trabaja con el Ivss”, dice.
Emen solicitó entrevistas con el viceministro de Recursos para la Salud, Aurelio Tosta, y el director de hospitales del Distrito Capital , Fernando Rodríguez, para aclarar los procesos de dotación de estos insumos. Pero no hubo respuesta.
Sobredemanda motorizada.- De las 32 camas de traumatología del Domingo Luciani, centro adscrito al Ivss, 30 permanecen ocupadas por pacientes con politraumatismos. “Tenemos una sobredemanda hospitalaria de lesionados en moto. Muchos son referidos del interior del país o de clínicas privadas, pues se les agota el seguro médico”, señala Parra.
El tiempo de hospitalización suele extenderse por la crisis asistencial. En el Clínico, 80% de los quirófanos están parados por falta de anestesiólogos e insumos, afirma el jefe de traumatología. Y en Los Magallanes de Catia el déficit también provoca retrasos en las intervenciones quirúrgicas de los accidentados, indica Rosa Torrealba, la jefa de traumatología.
Estas largas estadías en hospitalización deben asumirlas, entonces, los centros de salud públicos. Es decir, el Estado.
Fuente: El Mundo