Otra medida básica, es el uso de cascos para ciclistas y motociclistas: En lo que respecta a los niños, el uso del casco es la estrategia individual más eficaz para reducir el riesgo de traumatismo craneal cuando conducen bicicletas o motocicletas. Independientemente de la edad, el uso adecuado del casco reduce el riesgo de traumatismo craneal entre los ciclistas en un 69%, mientras que entre los motociclistas reduce el riesgo de defunción en un 40% y el de traumatismo craneal grave en más del 70%.
También es necesaria la protección de los niños en los vehículos, a través de asientos para lactantes y niños, elevadores y cinturones de seguridad. Asimismo, el mejoramiento de la infraestructura vial es vital con la instalación de semáforos, rotondas, badenes, cruces peatonales, pasos elevados, acera central y alumbrado público en carreteras muy transitadas.
Se deben crear zonas peatonales para mejorar la seguridad de los peatones; establecer zonas de seguridad escolar que incluyan un conjunto de medidas de reducción de la velocidad, zonas peatonales, puntos seguros de ascenso y descenso de pasajeros y cruces vigilados; delimitar áreas recreativas para niños alejadas de las carreteras; e invertir en medios de transporte público seguros.
Finalmente, se requiere vigilar a los niños que estén cerca de las carreteras. La supervisión por sí sola no puede sustituir las intervenciones descritas anteriormente, pero puede complementarlas y reforzarlas.
Con información del documento Diez estrategias para preservar la seguridad de los niños en las carreteras de la Organización Mundial de la Salud.