Los “Diez Mandamientos del Buen Conductor” (I)
Nada más aprobar la licencia de conducir, somos muy respetuosos con las normas, pero, a medida que transcurre el tiempo, nos vamos relajando. Las maniobras se automatizan de tal forma que se crea “una falsa seguridad que, en determinados casos, suele desembocar en accidentes”.
A continuación te presentamos los diez mandamientos del buen conductor:
El primero: te sentarás bien en cualquiera de los asientos
Los sistemas de retención –cinturones de seguridad, sillitas para los niños- son básicos. Antes de encender el contacto, asegúrate de que todos los pasajeros del auto vayan “bien atados”.
Nos vamos a centrar en el conductor. La parte superior del posacabezas debe quedar a la altura de los ojos. No te sientes ni demasiado lejos ni demasiado cerca: el asiento te debe permitir pisar el acelerador a tope y mantener un poco doblada la rodilla; para colocar el volante, estira el brazo: tu muñeca debe apoyarse en la parte superior del aro.
El segundo: conducirás con las dos manos
Fumar, comer… por no hablar del uso del celular. La distracción es una de las principales causas que provocan accidentes. El conductor debe estar ciento por ciento concentrado en la vía.
El riesgo de sufrir un accidente cuando se usa el teléfono móvil es cuatro veces mayor que si no se utiliza y es equiparable, en algunos casos, a circular con una tasa de alcohol en sangre de 1 gramo por litro.
El tercero: guardarás la distancia de seguridad
Si vas a 140 km/h, necesitarás más de 70 metros para detener el auto. Y eso, siendo optimistas: cuando el firme está en perfecto estado; los neumáticos y las suspensiones, también; no llueva; no haya barro…
Como norma, cuando no se pretenda adelantar, la distancia de seguridad será de 80 metros o 3 segundos. En los túneles siempre debes aumentar esta distancia a 100 metros o 4 segundos.
Para valorar cuántos metros te separan del auto que te precede, puedes contar los segundos que transcurren desde que él pasa por un punto hasta que lo haces tú.
El cuarto: no frenes cuando no debes
No hay que pisar al mismo tiempo el freno y el embrague antes de llegar al lugar donde queremos detenernos. Tan sólo debemos pisar los dos pedales a fondo ante una frenada de emergencia: y estamos hablando del camión que se queda atravesado, del peatón que nos sorprende de repente… Emergencia en el sentido estricto de la palabra.
Para detener el auto en el menor tiempo posible, aplicaremos con suavidad una presión en el pedal de freno en los primeros instantes. Así, permitiremos a los pistones y las pastillas acomodarse correctamente contra el disco. Enseguida, cuando el auto haya bajado la velocidad, aumentaremos la presión hasta el máximo que creamos necesario en cada caso. Es recomendable acompañar la frenada con una reducción de marchas.
En curva, hay que evitar frenar en la medida de lo posible. Por eso, reduciremos el ritmo a la entrada de la misma. El objetivo es conseguir una trazada lo más recta que podamos.
Importante: ten en cuenta que el aumento de peso por el equipaje y los pasajeros conlleva una menor estabilidad en curvas. Es conveniente repartir la carga por todos los lados del maletero y del interior.
El quinto: las maniobras se señalizan
En la carretera es tan importante “ver como ser visto”. Los demás conductores no son adivinos. Por lo tanto, señaliza con la debida antelación todas tus maniobras. Además, mira por los retrovisores antes de realizar cualquiera de ellas.
Al adelantar, se señaliza tanto al iniciar la maniobra como al volver a tu canal. No te preocupes: los intermitentes no se desgastan tan fácilmente.
Fuente: Actualidad Vial