Los chicos aprenden seguridad vial para educar a sus padres
“Los chicos son el futuro” se decía antes, simplemente como un formulismo. Pero desde hace algunos años se comenzó a aceptar que el único camino a seguir para que este mundo se vaya transformando en un lugar mejor para vivir es a través de los más pequeños.
Al ser arcilla moldeable, los chicos son capaces de adoptar hábitos mejores y, a la vez, transmitirlos a los adultos. Así se hacen campañas sobre cuidado del ambiente y así también se intenta que haya menor cantidad de accidentes viales y mayor respeto por las normas.
Desde hace unos meses, por inquietud directa del gobernador Francisco Pérez, se reflotó una campaña vial dirigida a los más pequeños. “Por aquí pasan más de 4.000 chicos por semana”, contó Alberto Acevedo, integrante de Vialidad Provincial y una de las personas que está a cargo del proyecto “Vida y Vuelta. Tránsito Responsable”.
En una ciudad en miniatura, cuyos edificios replican en escala a los más emblemáticos de la capital de Mendoza, el equipo que comanda Acevedo les enseña a los niños de las escuelas primarias y jardines de infantes lo que significa cada señal de tránsito, tanto las verticales como las marcas pintadas en la calle, y los cuidados que se deben adoptar cuando se conduce. Para esto cuentan con pequeños autos a pedal con los que los niños giran por la ciudad, luego de recibir una charla explicativa.
Esta semana, esta miniciudad fue instalada en el Paseo de la Patria, junto al edificio de la Municipalidad de San Martín.Primero todo es bullicio y entusiasmo por subirse a uno de los karting. Se empujan y buscan estar en primer lugar. Acevedo les da la charla, los calma y les explica las normas. Luego, cuando ya el primer grupo está sentado en los autitos, salen a la mayor velocidad posible, sin orden ni criterio. Pero al poco tiempo, después de que pasó la euforia inicial y el personal de Vialidad fue, uno por uno, mostrándole cómo y qué hacer, ya se dan cuenta de que el juego no consiste en ir más rápido que el otro o hacer la maniobra más arriesgada, sino que la gracia está en estar atento a las señales y hacer lo que ellas dicen. A los pocos minutos, la miniciudad parece un lugar ideal.
Este grupo pertenece a la histórica escuela General San Martín, ubicada a 100 metros de donde se instaló el pequeño circuito. Pero antes pasaron otras y por la tarde vendrán otras más.
Casualmente, Alberto Acevedo está festejando su cumpleaños 51 junto a estos niños. “Esta pista ya tiene unos 15 años, trabajando con los niños. Había tenido un parate pero ahora, a pedido del gobernador, se lanzó una nueva campaña y pidió que se reactivara este circuito infantil móvil de educación vial”, cuenta.
El empleado vial indica: “Recorremos toda la provincia, estando una semana en cada departamento, y siempre hemos tenido muy buena aceptación de los chicos”.
Pero especialmente el hombre remarca que “de esta manera los chicos se encargan de ser los transmisores de lo que significa seguridad vial”.
Las calles de esta ciudad tienen colocadas las señales viales que se ven con mayor frecuencia: los discos de velocidad máxima, el de PARE, los que indican la prohibición de giro en U y también las pintadas en la calle, como la senda peatonal, la doble línea amarilla y los sentidos de circulación. “Lo importante es que los chicos aprendan jugando y que se lleven algunos conocimientos que después, cuando van en el auto, les vayan recordando a sus padres la manera de conducir segura”.
Fuente: http://www.facebook.com/FundacionSegurosCaracas?fref=ts