El estrés al volante

En ocasiones, conducir se convierte en una acción rutinaria y lo hacemos de forma casi mecánica. Sin embargo distintos estudios han desvelado que un conductor estresado está más fatigado y se distrae con mayor frecuencia, suele correr en exceso y no ve con la misma precisión ni guarda la distancia de seguridad.

Esta mezcla de manifestaciones impide que existan datos sobre accidentes provocados por el estrés, pero algunos estudios apuntan que hasta el 77% de los conductores se ponen al volante bajo alguna situación de estrés, ansiedad o depresión.Esta situación puede complicarse aún más en la situación de crisis actual porque se estima que estas anomalías se incrementarán hasta un 15%.

Como muchas veces es inevitable conducir, es conveniente no fijar una hora de llegada y reducir la velocidad, ya que el 60% de los conductores son más peligrosos cuando tienen prisa. También es recomendable adaptarse a las circunstancias del tráfico y no alterarse ante un atasco, por ejemplo. Y como siempre, nada de alcohol o bebidas energéticas porque empeoran aún más los nervios al volante.

Consejos.-

– Recuerde que un conductor estresado es un conductor con sus facultades mermadas, que asume más riesgos al volante.

– Por lo tanto, tómese las cosas con calma y en vez de alterarse por las condiciones del tráfico o las maniobras de otros conductores, procure adaptarse a ellas.

– Sobrepasar el límite de velocidad y no guardar la distancia de seguridad son dos de las manifestaciones más habituales del estrés que hay que evitar.

– Las distracciones son motivos de muchos de los accidentes de tráfico que provoca conducir bajo los efectos del estrés.

– Si no ve con la misma precisión que de costumbre o se siente fatigado, detenga el vehículo, procure relajarse y descanse un rato.

– No fije una hora de llegada a su destino y, por supuesto, no consuma alcohol ni bebidas energéticas porque deterioran sus facultades para conducir.

Fuente: Antena3

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